Terremoto y Maremoto de 1960
Fotografías Colección: José Enrique Caro Bahamonde
El domingo 22 de mayo de 1960 a las 15:14 horas, el sur de Chile fue remecido por el terremoto de mayor intensidad a nivel mundial, con una magnitud de 9,5 grados en la escala de Richter y posterior maremoto. Comprobándose hundimientos y levantamientos de la corteza.
Lograr establecer los tiempos con exactitud es muy difícil, las impresiones de testigos con mucha subjetividad, daban tiempos muy relativos. Algunos afirmaban que los primeros indicios se presentaron en los momentos inmediatos al sismo. Otros daban tiempos más amplios.
La vista desde la altura donde estaba ubicada la Iglesia San Francisco, presentó un espectáculo sobrecogedor. La gran recogida de las aguas desde la primera onda, dejó en descubierto el fondo de un gran sector de la bahía, retirándose hasta una línea que abarca desde la punta de Chaicura frente al farallón de San Antonio frente a la Isla Cochinos.
Algunas personas cuentan que presenciaron los momentos en que la primera gran onda alcanzaba su máximo alto nivel, por la esquina donde estaban situados los Talleres de la Imprenta Cruz del sur en calle Blanco Encalada esquina Errázuriz, pudiendo comprobar que su alcance llegó hasta ese punto ubicado en plena pendiente de la calle Errázuriz.
Todos presenciaron un inusitado y tremendo espectáculo al ver cómo flotaban las construcciones sobre la superficie, arrasando con todo incluso casas con personas que estaban dentro de ellas y que perecieron.
Desde las alturas, los aterrados habitantes presenciaron cómo un gran número de casas fueron llevadas en trágica procesión por la incontenible fuerza de la turbulenta corriente, que como un río las arrastró hasta los lugares próximos a Isla Cochinos, donde los embates contra los roqueríos las destruían.
En cuanto al número de casas y construcciones llevadas por el mar en el sector costero, a partir de la calle Pudeto, por calle Serrano y hasta las poblaciones del barrio de La Arena o de El Morro, como también se le llamaba, sumaron 67, quedando 407 personas sin hogar solamente en ese sector. Junto con esto, todo sector comercial aledaño al puerto quedó destruido. Solo algunas construcciones más sólidas se libraron del desastre.
El número de víctimas fatales causadas por el sismo en la población de Ancud, más las causadas por efectos del maremoto, alcanzaron a la veintena.
La gran tragedia que hasta el presente no ha podido ser evaluada lo constituyó la pérdida de vidas de buzos y tripulantes de las numerosas lanchas y botes que faenaban en la bahía de Ancud con motivo de la plena vigencia de la temporada de extracción de ostras. Algunos cálculos estiman que su cantidad ascendía a unas cien a ciento cincuenta embarcaciones.
La heterogénea procedencia de estas embarcaciones, más las condiciones propias de la confusión derivada de la catástrofe, hicieron imposible establecer fehacientemente la cantidad de personas desaparecidas de los grupos de pescadores. Con todo, posteriormente fue registrada en la Comisaría y Capitanía de Puerto la cantidad de sesenta cadáveres arrojados al litoral. La gran mayoría de los desaparecidos no fueron devueltos por el mar.
Bibliografía:
Maremoto en Ancud, mayo de 1960. Francisco Carrillo.
Geografía del alma, Terremoto en Ancud, 1960. Escuela Anexa (2010).